sábado, 18 de enero de 2014

Influencias de los medios de comunicación en el Islam




- EEUU, Japón y la Unión Europea controlan el 90% de la información y la comunicación de todo el planeta.

- Sólo cinco agencias de prensa distribuyen el 96% de las noticias mundiales.

-Desde hace 25 años, cuatro de cada cinco mensajes emitidos en el mundo provienen de los Estados Unidos o de empresas de capital norteamericano. 

- EEUU controla el 71,5% de todos los programas de TV que se difunden en Europa y el 80% de las salas de cine.

- El magnate de la televisión Rupert Murdoch controla, de manera directa o indirecta, la información y el entretenimiento visual que consumen 3000 millones de personas, es decir, casi la mitad de la población mundial.


Los medios de comunicación funcionan frecuentemente como verdaderas armas de control social.
 La primera operación moderna de propaganda llevada a cabo por un gobierno
 ocurrió en los Estados Unidos bajo el mandato del presidente Wilson, elegido 
en 1916.La población norteamericana de entonces era mayoritariamente opositora
 a la idea de involucrar a los Estados Unidos en la guerra; sin embargo, la 
administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto.
 Había, por lo tanto, que inducir en la sociedad la idea de la obligación de participar
 en la guerra, para lo cual se creó una comisión de propaganda gubernamental, 
conocida como Comisión Creel, que en sólo seis meses logró quebrar la vocación 
pacifista de la población y convertirla en una sociedad profundamente histérica,
 dispuesta a combatir el peligro que significaba para el mundo no ya la Alemania
 en guerra sino los alemanes en general.

 Usando la misma metodología, al final de la guerra, logró avivar el terror al comunismo, lo que permitió la destrucción de sindicatos tachados de filocomunistas y establecer restricciones a la libertad de prensa y de pensamiento político. El poder financiero y empresarial y algunos medios de comunicación adictos fomentaron y prestaron un gran apoyo a esta operación, de la que, a su vez, obtuvieron toda clase de beneficios.
La racionalidad es una habilidad al alcance de muy pocos y la mayoría de la gente se guía por emociones e impulsos. Aquellos que poseen la capacidad lógica tienen, entonces, que crear ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas desde el punto de vista emocional, con objeto de encaminar a una masa desvalida e ignorante. Este principio se ha convertido en un elemento sustancial de la ciencia política contemporánea.

Desde la irrupción de Internet, el problema que ahora debemos enfrentar desde el lugar de receptores no es el de la falta de información sino el de la sobreabundancia de ella y la manipulación a la que es sometida.

Es necesario conocer estos datos para entender cómo los medios de comunicación son el principal instrumento empleado en ese proceso de demonización del mundo islámico que ha dado lugar a una cantidad de estereotipos que se usan corrientemente para situar a todo aquello que suene a islámico en el lado del enemigo. 
Actualmente profesan el Islam unas 1200 millones de personas, es decir, el 20 por ciento de la población mundial, la pretensión de situar ese enorme colectivo de personas en una misma clasificación es en el mejor de los casos una muestra de ignorancia y en el peor, un eje estratégico alentado por el integrismo conservador que encontró en la islamofobia la contraparte necesaria para sostener sus políticas de exclusión social y dominación económica.

ESTEREOTIPOS: 
1.-Hace 50 años, pensar en un musulmán o en un árabe tenía connotaciones absolutamente distintas de las de hoy. Las mujeres, por ejemplo, remitían en el imaginario de nuestros padres o abuelos a la idea del refinamiento, la sensualidad, la atmósfera de las mil y una noches, el harén y la danza del vientre. Hoy, curiosamente, la imagen de la mujer musulmana que se transmite es la de la sumisión, la oscuridad, la represión. Entre una y otra imagen no hay otra cosa que una colosal carga de prejuicios y una visión estereotipada y etnocéntrica.
2.- La mayor parte de las veces que la prensa se refiere a un clérigo shiita le agrega el adjetivo "radical", como si no existieran clérigos shiitas que no lo sean. Obviamente, la mayor parte de los periodistas que repiten las presuntas arengas de estos clérigos no hablan árabe ni farsí, por lo que la interpretación de sus sermones siempre viene del mismo traductor: la prensa militar o las grandes agencias de noticias que, como hemos visto anteriormente, tienen monopolizado el mercado de la información internacional en Occidente.
3.-Acciones de los terroristas suicidas. Sistemáticamente se los buscó asociar a la naturaleza del Islam, según el cual los fanáticos que se inmolaban podían hacerlo porque la religión les prometía el encuentro con vírgenes en el Cielo. Ese argumento empezó a caer cuando surgieron entre los suicidas voluntarios no religiosos. Tampoco nadie supo explicar por qué no andaban suicidándose otros musulmanes devotos en otras partes del planeta en las que no había conflictos armados.
4.-Si uno se permitiera desmenuzar el lenguaje utilizado por los medios de prensa en el tratamiento de la guerra en Irak, encontraremos que los enfrentamientos casi siempre son entre "terroristas" y "militares", lo que implica un juicio de valor subyacente y obviamente favorable a los intereses del Norte. Tendría una connotación diametralmente diferente en la opinión pública calificar a las partes como "tropas invasoras" y "milicias de la resistencia".
5.-El 39% de los norteamericanos admite tener prejuicios hacia los musulmanes, un tercio cree que los estadounidenses musulmanes simpatizan con la red terrorista Al Qaeda y casi un cuarto manifiesta que no querría tener a un musulmán de vecino. Otro estudio, aparecido en el Journal of Human Resources, muestra que los salarios para las personas de origen árabe o musulmán cayeron el 10% en los años siguientes a los atentados del 11 de septiembre de 2001.






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